Cuando pensamos en el TDAH, muchas veces se nos viene a la cabeza un niño inquieto, despistado o que “no se concentra”. Sin embargo, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad va mucho más allá. No se trata de una falta de voluntad, sino de una diferencia en el funcionamiento del cerebro que afecta la regulación de la atención, las emociones y la motivación.
Las investigaciones más recientes apuntan a la importancia de replantear el enfoque educativo hacia el TDAH. Según Fabiano et al. (2024), las estrategias más efectivas en el aula son aquellas que combinan apoyo conductual, estructura clara y refuerzo positivo, con una mirada comprensiva hacia las necesidades del alumnado.
Además, un estudio de Peterson et al. (2024) destaca que el tratamiento más eficaz es multimodal: combina el trabajo psicológico, el acompañamiento familiar y las adaptaciones educativas, no solo la medicación.
El papel de la orientación educativa es clave para romper etiquetas y promover entornos donde los estudiantes con TDAH puedan desarrollar sus fortalezas: creatividad, curiosidad y capacidad de resolver problemas de forma original.
Bibliografía
- Fabiano, G. A., Lupas, K., Merrill, B. M., Schatz, N. K., Piscitello, J., Robertson, E. L., & Pelham, W. E. Jr. (2024). Reconceptualizing the approach to supporting students with attention-deficit/hyperactivity disorder in school settings. Journal of School Psychology, 104, 101309.
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Peterson, B. S., Trampush, J., Maglione, M., et al. (2024). Treatments for ADHD in children and adolescents: A systematic review. Pediatrics, 153(4), e2024065787.